Home

nov 042015

«corporizarse»

Hubo un momento del tiempo infinito que decidiste corporizarte, encarnarte, dotarte de cuerpo. Tu luz y energía se convertieron en materia sólida-líquida, en constante movimiento, micromovimiento incesante. Con ese cuerpo tu existencia se transformó y aprendiste a relacionarte con otros seres, la mayoría hechos de materia, como tu. No te olvides, también eres cuerpo. Tu cuerpo es esta materia tan especial, ese medio que te ayuda a comprenderte a ti mismo, que todo lo sabe, todo lo registra y en algun lugar todo lo recuerda. «Corporízate», permite que emerja la sabiduría del cuerpo que un día decidiste habitar. Siénte el cuerpo, toca el cuerpo, escucha el cuerpo, deja que el cuerpo exprese quien eres.

Ven a la tarde de expresión corporal y contacto el 27 de noviembre con Dani Pedrero. Más info aquí y también en el pdf informativo

 

oct 012015

escurridizo presente

¿Cómo quedarse en el presente,

cuando vibra en nosotros el pasado,

la historia que fue y sigue moviento cada célula?

¿Cómo quedarse en el presente,

cuando el futuro, más excitante, nos refugia,

o, incierto, nos agita como si fuese real?

¿Cómo quedarse en el presente,

escurridizo y cambiante?

¿Cómo quedarse en el presente,

cuando nos desborda de amor, o de incertidumbre, o de dolor?

El tiempo no existe para las verdades del alma.

Y paradójicamente,

sólo en el estar y el devenir histórico

de nuestro cuerpo encarnado

podemos vislumbrar instantes de nosotros mismos.

Como un regalo ofrecido, inesperadamente,

de la generosa mano de la divinidad que nos alienta.

sep 202015

latiendo la vida

La vida de cada cual tiene un corazón. Esos hilos invisibles que entretejen nuestra historia, nuestro destino, y conforman un corazón vivo que late, que late.  A veces demasiado deprisa, a veces bombeando demasiado poco, a veces con dolor, con miedo o con timidez, a veces con una expansión que quiere abrirse al mundo. Así, nuestra vida va latiendo, en distintos ritmos, momento a momento. Afina, escucha, atiende el latir de tu propia vida. Un día, no sabrás como, alguno de esos hilos invisibles brillará dorado bajo la luz del amor que fluye al fin. Sin saber como has llegado a ese paisaje,  sin entender, tu cuerpo comprenderá un poco más quien eres. Y ese instante traerá una calma y paz infinitas, un latir acompasado. Por unos infinitos segundos sentiras el amor que atraviesa el dolor y te amarás; y esa vivencia quedará para siempre contigo, la llama que nunca se apaga. (Gracias a todos los que el pasado viernes compartisteis vuestra intimidad y vuestra presencia en la sesión de constelaciones).

ago 282015

el regreso a lo cotidiano

Deshaz tus maletas, esas que llenaste de expectativas y deseos ligeros. Deshaz las maletas, que traen ahora las ropas un poco más gastadas y un poco más sucias de caminar lugares nuevos, encontrar gentes nuevas. Respira hondo la gratitud de lo que has vivido en el tiempo que has estado fuera de tu cotidianidad. Todo eso, sí:  comer y dormir mucho y a deshoras, lanzarse al mar o pisar senderos o calles nuevas, hacer cosas que normalmente no haces y que te encantan, incluso esos excesos que, precisamente porque no las haces todos los días, te sientan bien como cuando conquistas una pequeña libertad.

Deshaz tus maletas, recoloca tus cosas y llena tu  cotidianidad con ese relajo sencillo, con ese paso despreocupado. Regresa a tu hogar, hazlo tuyo de nuevo, redecóralo con los momentos de respiración profunda, de risas con cervecita, del cariño de los reencuentros y de anécdotas que en la distancia se vuelven simpáticas. Verás que colocando tus vacaciones a cachitos en distintos rincones de tu casa, tu espacio protegido, el regreso te hace sentir feliz. Y si no, quizá sea momento para ir pensando en hacer alguna que otra obra de reforma o incluso una mudanza.

jul 012015

la terapia de verano se llama vacaciones

Los humanos tenemos tendencia a acumular. Acumulamos cosas, conocimientos, dinero, afectos, pertenencias, a veces experiencias… y también cansancio. Cuando llega el calor, el final de curso escolar, llevamos sobre nuestras espaldas muchas horas de trabajo, de conflictos, de gestiones y problemas varios por solucionar. ¡¡Buf!! A menudo obviamos nuestras necesidades y también nuestros límites. No podemos con nuestra vida. Quizá sea entonces cuando las vacaciones pueden ofrecernos algo más que un respiro. Pueden ser nuestra autoteràpia, el momento que necesitamos para contactar con nosotros mismos, para darnos cuenta de como nos cuidamos (o descuidamos), para tomar conciencia de si la vida que tenemos es la vida que queremos. Y así, decidir actuar  con nosotros y con los nuestros, tomando la responsabilidad de lo que vivimos, dando valor y espacio a aquello que realmente hace que nos alegremos de estar vivos.

 

feb 122015

Sentimientos y constelaciones

A veces los sentimientos nos abruman, nos arrastran como un caballo desbocado a riesgo de partirnos la cabeza. Otras nos bloquean, nos mantienen asustados en un rincón como si la sangre se nos hubiera espesado o congelado dentro. Otras veces ni siquiera tenemos acceso a nuestros propios sentimientos como si estuvieramos anestesiados. Participar en una sesión de constelaciones es darnos la oportunidad de contactar, como cuando la luz se cuela entre rendijas, con nuestras emociones profundas que resuenan a través de las historias y emociones de otros. Se crea un espacio de apertura y de sanación del que podemos participar con solo nuestra presencia y una actitud de tomar lo que necesitamos y ofrecer en el grupo lo que somos y lo que tenemos. Así, sencillamente (puedes participar en Cardedeu el 13 de marzo)

feb 042015

la herida y el torniquete

Cuando duele el alma, cuando duele vivir, ponemos en marcha nuestros mecanismos de autoprotección que nos permiten «sobrevivir al dolor». El proceso terapéutico es un fragil equilibrio entre volver a mirar la herida y sostener el dolor. Por eso, el proceso profundo para sanar no se hace en un día. Por eso, entrar en la herida requiere tiento. Saltarse todas las barreras de protección puede ser algo imposible de sostener y retraumatizarnos. Sin embargo, no mirar la herida y quedarse en la barrera sirve como parche, pero no nos ayuda a comprendernos en profundidad y a amarnos completamente, también con nuestro dolor. Nuestros mecanismos de personalidad son lo que un torniquete es a una herida: cuando la herida está abierta es necesario apretarlo, puede salvar una vida. Pero para curar la herida, hay que aflojar el torniquete, mirar la herida, limpiarla -aunque escueza- y aplicar el tratamiento necesario para que de nuevo pueda circular la sangre, fluir la vida.

ene 202015

el mundo me trata bien

…o el mundo me trata mal. ¿como trato yo al mundo? ¿y si no fuera siempre cierto que se recoge lo que se siembra? ¿y si siembro aquí y el fruto lo recoge otro?….. entonces yo también a veces recojo frutos que no he plantado. Solo sé que yo también co-creo el mundo, y por eso elijo dentro de mi el mundo que quiero, para que fuera ese mundo que yo quiero pueda ser un poco más posible.

ene 092015

2015

Iniciamos un nuevo año. Un momento, como cualquier otro, para hacer balance. Desde este espacio mínimo dentro del ciberespacio inabarcable, desde este espacio terapéutico y de crecimiento, deseo -y te deseo a ti que lees estas líneas-, que este año coincidamos, de un modo u otro. Y que esa coincidencia sea, para ti y para mi -y también para otros- una experiencia que nos haga sentir más vivos y más complet, orgullosos de ser quien somos: cada día un poco más nosotros mismos.

nov 062014

si supiera

Si supiera de dónde sale la tristeza, o la inquietud, si supiera… Pero no sé, y me tienta negarlo. Y sin embargo está ahí, a veces. Quizá sea el eco de un pasado antiguo que la memoria borra o esconde; quizá sea un susurro del presente, tan amplio, tan polifacético, tan interconectado; quizá sea una intuición de futuro, que sin estar aún, ya camina.  Perseguiré una razón, con la todopoderosa mente y será inútil. Porque dentro no existe el tiempo, la frontera entre real e imaginado se esfuma y entonces, humildemente. sólo queda descansar, esperar, mirar por la ventana el otoño, y mirar sin ver lo invisible, para poder sentir y dejar que lo que es, sea.

1 2 3 4