La luz que viene de fuera, la luz que sale de dentro. ¿Dónde está la diferencia? Cuando por dentro, aunque fuera nos oscurezca, sentimos que algo nos ayuda a seguir adelante, estamos dejando que brille una luz que nos viene de más allá de nosotros, nos traspasa … le hacemos un pequeño lugar, tímidamente. Como la luna, creciente, reflejando más y más luz afuera. Es entonces cuando nos damos cuenta de nuestra fuerza, la que pensábamos que ya no teníamos. A menudo, nos sorprende la certeza de que esta fuerza la compartimos con la vida y con el universo. Nuestra vida diaria es más amable, y ya no es tan oscuro el entorno que nos rodea.

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