una rosa es una rosa
En el camino del crecimiento, y en el de la vida, una y otra vez nos encontramos con nuestras neuras, nuestras limitaciones y nuestros miedos. Lo mismo da cuantos curos, talleres y formaciones hayamos realizado; lo mismo da si hemos leído infinidad de libros – de autoayuda, sagrados, llenos de conocimiento-o si nos hemos acercado a grandes maestros y personas santas. Allí estamos nosotros, con nuestras cosas, las de siempre. Pues yo ya no me enfado (no mucho), me estoy haciendo amiga de todo. Soy fan de las «segundas y terceras oportunidades» … ¡hasta el infinito y más allá! Sólo tenemos que, de vez en cuando, parar, mirarse uno mismo desde el alma, y mirarse con un infinito respeto y amor. Y así, cada día es nuevo, así cada día podemos ver más al otro, algo más adentro también de su alma.
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