Homenaje íntimo a los muertos

Alrededor del dia de los difuntos, puedes dedicar un ratito de oración-meditación-silencio en memoria de tus difuntos.

Busca un lugar tranquilo, en el que no te vayan a molestar ruidos ni distracciones. Unos 30 minutos mínimo, que te dé tiempo de entrar en conexión. Si estás en duelo por alguna pérdida reciente, es mejor que estés acompañado, te ayudará la compañía de alguien de confianza.

-Es un acto de homenaje, prepárate. Puedes preparar un rincón tipo altar (o usar tu altar habitual). Puede ser tan sencillo como un trapito, una/s vela/s y una planta o flor, o una foto de tus seres queridos que no están. También te puedes preparar tu, perfumándote, poniéndote algo bonito, o significativo. O quemando incienso. O dejando que unos minutos suene alguna música suave (religiosa o no), que te acoja y te inspire.

Abre tu ceremonia con unas palabras, con un gesto (namasté, signo de la cruz, inclinación respetuosa…) con una canción, con una oración, unos Oms o con unos toques de cuenco tibetano, pandero o cualquier instrumento de percusión. Enciende una o unas velas por tus muertos. Lo ideal es que dejes que las velas se consuman (pero siempre que puedas estar en casa para evitar riesgos). Si no, apágalas y ya las volverás a encender hasta que se consuman, en diferentes momentos, pero siempre que estén encendidas dedicando la intención a tus difuntos.

Agradece la vida. Recuerda, a lo largo de este rato, que naciste gracias a los que te precedieron. La vida nos viene de padres, abuelos y bisabuelos… y tantas generaciones de ancestros. La vida y la muerte son las dos caras de una misma moneda. Siente como la vida, con sus dificultades, a llegado hasta ti

Nombra o escribe los nombres de quienes se fueron y que hoy quieres recordar. En este homenaje, es como si les visitaras o saludaras. Deja que surjan las emociones reales que te produzca evocarlos.

Permítete el dolor y la tristeza de sentir a aquellos seres queridos que perdiste. Date un momento para llorar (con cualquier tipo de lágrimas), para sentir la pena. Sobre todo si has tenido pérdidas recientes o pérdidas que en su momento no pudiste llorar, no bloquees el dolor. Soltar a alguien querido duele, pero retener ese dolor (o rabia) impide que tu vida siga adelante. Acompáñate a ti mismo/a sin abandonarte en desespero, sino «meciéndote», haciéndote compañía, tratándote amorosamente. Puedes tocar tierra (de una maceta, por ejemplo). La madre tierra que todo lo acoge y transmuta.

Suelta antiguos resentimientos, si los hay. Puedes tocar agua para simbolizar «limpiar». Si ves que estas enganchad@, confía que tu parte que quiere limpiar y sentirse libre, pueda en este momento tomar la iniciativa, y que algo más grande que tu mism@ puede ayudarte y traerte paz de corazón.

Da gracias a cada una de las personas difuntas que recuerdas ahora, por algunas grandes y pequeñas cosas que ellos te dieron y hicieron tu vida más bonita, más feliz, más completa y más rica. Puedes poner en el altar algun obsequio (recomiendo que sea natural y biodegradable: flores, licor, comida -como en tradiciones americanas- algo bonito…), son tus regalos de agradecimiento. También puedes poner música agradable.

-Si tienes alguna creencia espiritual, encomiéndate a la divinidad y sus protectores, a la energía universal, encomienda a ellos el cuidado de tus muertos, y a los que ya se fueron que ayuden a tus queridos que tuvieron quizá una vida difícil, a sentirse en paz al fin. Evoca la unidad divina, la esencia protectora y vital como fuerza, protección, guía y serenidad.

-De nuevo agradece tu vida, tu vida actual. Piensa en lo que te gusta de tu vida y date el gusto de sentir gratitud. Pide a los que ya pasaron por esta tierra, que te ayuden con fuerza e inspiración, para que tu vida esté llena de sentido y dé fruto, hasta que llegue el momento de reunirte con los tuyos.

cierra tu ceremonia, de nuevo, con unas palabras, con un gesto, canción, oración o unos toques de percusión. Si vas a tener que salir o desmontar el altar, apaga la vela/s. Si te es posible, deja la/s velas encendidas hasta que se consuman después de tu homenaje.

Deshaz el altar (si tienes que deshacerlo) con respeto. Puedes llevar las flores y otros obsequios a la naturaleza, enterrarlo o dejarlo en un jardín o bosque (por eso es necesario que sean biodegradables). La tierra acoge la vida y la muerte, en un ciclo infinito, natural.

Con tus difuntos, siente, suelta, agradece… así les dedicas y te dedicas una Vida plena y feliz.

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