Despeinadas

Observo todas esas palabras
Desordenadas,
A la par que mi pelo, al despertar.

Busco peinarlas y descubrir su orden,
Aún secreto,
Y que alumbren un sentido que me espera.

Ellas se dejan, dócilmente,
Y conforman unos versos sencillos
Que aquietan mi incertidumbre.

Las acicalo un poco y,
piadosas,
alimentan mi vanidad.

Sospecho que no he sabido escuchar
Su murmullo grácil y delicado,
Algo sabio como un arrullo.

Quizá no eran palabras, Sino retales
en el desván de sentimientos abandonados
Como hojas, caídas del árbol

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