El lodo del trauma

Te escupiré, te gritaré,
te arañaré y te morderé.

Me revolveré en el lodo antiguo,
que aún no secó,
como fiera enjaulada
ante una amenaza que no lo es.

El lodo quedó después de mucha lluvia extemporánea.
Son lluvias antiguas,
sobre un suelo frágil
que no supo o no pudo drenar.

Cuando la fina capa seca de la superficie se rompa,
me debatiré para escapar.

En ese instante serás tú mi enemigo, sí, tú,
porque apenas reconoceré el lodo que me envuelve:
Entonces, en lugar de tomarte como asidera,
te hundiré como si hundirte pudiera sacarme a flote.

Y cuando me agote o te agotes,
ambos más embarrados que antes,
me esconderé avergonzada tras la culpa
de haber errado otra vez.

Me refugiaré tras el miedo difuso
de ser quien no quiero ser,
y tras el terror sofocado
de no querer a quien soy

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *