La fuerza en la fragilidad

Cuando te sientas frágil, sin fuerza, poca cosa, y dudes de ti, recuerda todas las batallas que has librado.

Recuerda cuando eras una criatura, todavía inocente y espontánea, y saliste adelante, a pesar de todo lo que para ti fue demasiado:

demasiados gritos y violencia de los mayores, o  demasiados comentarios que te hacían sentir inútil, o demasiado miedo cuando te dejaban solo a oscuras, o demasiada locura a tu alrededor,  o demasiada enfermedad de los que debían haberte cuidado y no lo hicieron.

Ahora, tienes toda esa fuerza de haber sobrevivido cuando eras sensible e impotente, la sabiduría de la vida vivida y la capacidad de decidir muchas cosas que cuando eras pequeño no pudiste elegir. Ahora es tu momento.

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