Mirar al futuro contemplando el presente
Dice la filósofa y ensayista Marina Garcés, que el futuro es la consecuencia de un presente vivido. Yo añadiría que el futuro que imaginamos tiene que ver con el tipo de mirada que tenemos en el presente. Es cierto que no corren buenos tiempos para la felicidad ingenua, pero tenemos la capacidad de poner nuestra mirada y nuestro corazón al servicio de la presencia de aquello que nos nutre y nos alegra. Porque la vida y el mundo tienen cosas preciosas hasta en los peores lugares, como nos pudo legar Victor Frankl.
También las personas, en todos los lugares y en todos los tiempos, podemos siempre ser portadores de cosas buenas: una sonrisa amable, una empatía genuina, un trabajo bien hecho, amor por lo que nos rodea, cuidado de otras personas… en definitiva, tenemos una chispa divina que hace crecer aquello que miramos con una buena mirada.
Debemos estar atentos y atentas porque la corriente principal nos arrastra al desánimo y al agotamiento, así que el baile tiene que ver con conocer aquello que nos consume energía y aquello que nos la da y no perder el equilibrio. El secreto es que no se trata de poner esfuerzo para ir contra corriente, sino de elegir bien en que jardines nos reposamos y con quien y como nos nutrimos. Debemos dejar de pensar en términos de campos de batallas (ni ganadas ni perdidas) para empezar a pensar en términos de campos fértiles, donde con poco que hagamos, la tierra generosa nos recompensa. La madre naturaleza es más que un símbolo. Flores y polinizadores, ciclos en perfecto equilibrio a través de la continua transformación de todo lo que existe.
Mirar y contemplar no está de moda, entrenar la mirada para sentir dentro que todo se mueve en un engranaje perfecto, nos puede ayudar. Claro que nuestra pequeña mente pretenciosa, no alcanza a entender el misterio de la vida y mucho menos a controlarlo. Por eso, cuando el miedo nos paraliza o nos inunda el desánimo, la clave es esperar sin cortar la respiración, confiar en que podemos abrir camino y permitir que lo que es, sea. El futuro será porque el presente es. Jesús dijo que el Reino de los Cielos ya está entre nosotros. No es que la cosa se vea muy clara, pero me ayuda recordar que la energía no desaparece, nada muere, todo se transforma. Y que somos una mota en el cosmos, y que tenemos un pequeño refugio dentro del Gran Misterio.