¿Qué es hacerse mayor?
¿Qué es hacerse mayor? Te plantas delante de una cámara y te dejas ver, con tus 50 en el cuerpo y con tus 17 en el alma. ¡Vaya dos! Ahí, con esas ganas, esa mirada que a algunos se nos pone de querer comerse el mundo antes de que el mundo nos coma. Cincuenta, con algunas batallas ganadas y algunos ídolos caídos. Ahí, justo ahí, en primera fila del objetivo, el rostro y el cuerpo.
¿Qué es hacerse mayor? Darme cuenta que acumulo tanta experiencia como arrugas (de momento, ni mucho ni poco de ninguna de las dos cosas); que la elasticidad que pierdo en la piel la uso para comprender… bueno, a veces. Este cuerpo, que por la mañana cuando estrena el día amanece sintiendo que ya no es tan flexible, que ve menos nítidas algunas cosas y siente más claras otras. El cuerpo se hace mayor… con tantos regalos que he tomado por descontados durante tanto tiempo y que innegablemente han ido y van gastándose con los años. Viéndome y sintiéndome con las alegrías y las decepciones, con las manchas y los sofocos, con la risa juguetona y la ilusión de participar del mundo, aunque ya sin comérmelo y comprendiendo que, claro, a veces el mundo me come.
¿Qué es hacerse mayor? siento que hacerse mayor es pasar etapa a etapa, soltar algo (nunca todo) y aceptar el reto y regalo siguiente. Mirar con agradecimiento lo que hay, a cada día su afán. Sentir mi cuerpo como el templo de la Vida, como decía el sabio. Quiero que hacerme mayor sea aprender a acompasar el alma con el cuerpo. No creo que el cuerpo sea la cárcel de un alma siempre joven, no lo creo. Siento y agradezco al cuerpo por ser aquello que justamente me permite experimentar la existencia, el recipiente que contiene la vida con todos sus matices, sus colores y sus límites. Quiero sentir que hacerse mayor es darle tregua al cuerpo, desacelerar el ritmo y mecer el alma. Saborear despacito todos los rincones de la existencia.
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