Algo se ha movido, ha sucedido algo que toca una emoción profunda (o escondida) en mi y no sé qué es. Quiero escuchar y no oigo, quiero ver y no veo, quiero entender y no entiendo. Sólo mi cuerpo se pone en una alerta sutil, y siento que quiere pararse, quedarse quieto, no moverse para dejar que lo que está sucediendo  pueda encontrar su lugar, sedimentarse sí las aguas permanecen quietas. Es una quietud activa, humilde, respetuosa y confiada… quizá el poso sea nutritivo y pueda dar algún fruto, en algún momento, en algún lugar… en mi ser con el todo.

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