ene 092014

aireando al sol que se levanta sobre la niebla

En mis dedos, el frío de la mañana en la ropa mojada, arrugada… y limpia.

En mi cara, por sorpresa, el primer sol, desafiando confiado, sencillo pero solemne, a la niebla de la noche.

Como es dentro es fuera, si lo creo, si lo quiero, si confío.

Y una fresca alegría corre, sencillamente, porque le da la gana.

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