oct 182018

Como una plácida muerte

El alma cansada,

el corazón descorazonado,

un hilo de vida

que late por pura inercia.

Desnudarse sin prisa

de los vestidos que en los márgenes

ya no nos protegen.

Deshacerse sin esfuerzo

ni oposición,

diluyéndose poco a poco

en lágrimas sin tristeza.

Perderse del todo, sin miedo,

desdibujando los límites de la existencia.

Plácida rendición.

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