Cuando iniciamos un curso y debemos retomar la rutina, a veces nos sentimos como navegando en un salvavidas mientras alrededor nuestro soplan varios vientos arremolinados y contradictorios. Para superar el miedo a ese caos, a ser engullidos por la vorágine, a mi sólo se me ocurre respirar, sentir nuestro cuerpo lo más posible, con los pies en el suelo, y cuidarnos, mimarnos, descansar. Hacer las cosas una detrás de otra, y recordarnos a nosotros mismos algo indiscutible y obvio: después de la tormenta viene la calma. Palabra de psicóloga desbordada.
![La vorágine](http://annaferregimenez.com/wp-content/uploads/2016/09/olas-horiz-1150x293.jpg)