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Deshumanizarse es perder nuestra esencia como especie, desarraigar-nos de la tierra en la que nacemos y crecemos. Olvidar quiénes somos, dejar de sentir nuestro aliento, nuestro latido, dejar de escuchar también la respiración y el corazón de todo lo que nos rodea. Y así, estúpidamente, convertirse autómatas en un mundo-real en su irrealidad-que nos aliena.
c o n t e m p l a r
inspirando la belleza … exhalando el dolor … admirando el milagro de toda y de cada manifestación de la existencia.
Tengo miedo de mi miedo, de mi rabia, de mi dolor. Aprendí a ignorarlos, los encadené en la más oscura de las oscuridades, y tras capas y capas y capas, puse un papel de colores, y algún lazo. Y ahora, cuando a veces se rompe alguna cadena (ya se sabe), si se desluce el papel o se cae el lazo, todo mi ser vibra de miedo, rabia o dolor… y me permito, en serena rendición, que esas emociones que me pertenecen (sí, también esas) atraviesen mi ser, ese ser que anhela ser completo.
«cada instant és únic», i la vida, intensa, es fa més lleugera viscuda d’instant en instant. I alhora, aquest instant, efímer, es queda per sempre perquè ha existit en nosaltres. És que la vida és una contínua incessant i deconcertant paradoxa