,

El temporal

Azotadas por el viento, mar adentro

las aguas se revuelven con fuerza,

reina el ruido y la confusión.

No hay sur ni norte,

ni este ni oeste. Quizá cerca -o quizá lejos-

el fin del miedo, la inseguridad y el descontrol.

Tras el temporal, los muros

-que se creyeron inamovibles y omnipotentes-

se verán derrumbados…

y la arena de la orilla,

removida, limpia y brillante.

Y dentro, quien sabe,

quizá salgo o alguien habrá conquistado

una nueva fuerza y  nueva libertad.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *