Dos fuerzas opuestas operan en  nosotros. Por un lado la fuerza «hacia dentro», no separarme de los míos, pertenecer a toda costa, no romper la unión. Es esa fuerza que proviene de nuestro bebé dependiente, que siente y vive (aun no piensa) igual que la madre, ese bebé que por la necesidad de supervivencia se mantiene unido simbióticamente, sin distinguir yo-tu.

Por otro lado la fuerza «hacia fuera», la explosión hacia un mundo inmenso. Es la del adolescente que está aprendiendo a cuestionar qué le sirve y qué no para desarrollarse en un mundo exterior con mil opciones.

Así, en el proceso de maduración personal vamos construyendo nuestra autonomía,  aprendiendo a diferenciar nuestros sentimientos y necesidades sin confundirnos.  volviéndonos cada vez más responsables de nosotros mismos. Cuando esto sucede, podemos sustituir las relaciones de codependencia en las que uno gana y el otro pierde,  por relaciones más sanas basadas en la interdependencia libre, en que cada parte se siente plena y sin esfuerzo, desea compartir con el otro su plenitud.

 

«Los mamíferos aman, el precio de ese amor es el dolor de la pérdida. Calificarlo como enfermedad y dar una pastilla reduce la dignidad del amor y lo sustituye por un ritual superficial médico» Allen Frances, psiquiatra, director del DSM IV

La psiquiatrización del mundo occidental lleva a la infantilización de sus ciudadanos. En demasiados casos, con las pastillas se  evita la responsabilidad ante la propia vida, con amor y con dolor. Eso, da beneficios económicos para unos pocos y hipoteca gravemente la vida de muchos y lastra nuestra sociedad.

(Actualización septiembre 2024) Tras la pandemia, ha aumentado preocupantemente la tasa de jóvenes con problemas de salud mental. No es solo la pandemia, es la consecuencia de una sociedad desequilibrada y disfuncional en muchos aspectos. Los jóvenes están catalizando todo este desaguiso y la medicación es un parche para contener un malestar que tiene muchas dimensiones. Los jóvenes aman, los jóvenes quieren crecer y no saben como hacerlo. La sociedad les aprieta y les consume. El propio consumismo superficial, la sobrestimulación y lo adictivo de las redes sociales les roe las entrañas y les merma la estructura psíquica, aún en desarrollo. Ellos son un síntoma y no van a ser las pastillas quien solucione todo este despropósito social y existencial. Eso sí, mientras no brindemos un apoyo de tribu saludable, las pastillas van a parar el golpe. La pena es que después nadie recoja a los heridos.

Hacer terapia psicológica no es otra cosa que adentrarse en un@ mism@ para sanar. Es, sin duda, un viaje apasionante y, como todo gran viaje, también incluye algunos riesgos y momentos críticos. A veces,  no encuentras la brújula y no puedes distinguir el norte del sur, el este del oeste. ¡Incluso puedes naufragar y, en la alucinación, no saber si estas en el agua, en la tierra o en el cielo! Tu anhelo te guía, pero a veces todo tu esfuerzo no es suficiente para acercarte a puerto. En esos momentos, aun temiendo caer en una sima, o ante el peligro real o imaginado de ser devorad@ por tu fiera, necesitas echar mano de tu espíritu explorador. Esa actitud que, desde la compasión hacia todo lo que eres, te permite entrar en rincones desconocidos, con cuidado, con curiosidad para adentrarte en nuevos paisajes y, poco a poco, probar si se hunde o no el suelo bajo tus pies.

«Jo sóc Jo
Tu ets Tu.
Jo no estic en aquest món per complir les teves expectatives
Tu no estàs en aquest món per complir les meves.
Tu ets Tu
Jo sóc Jo.

Si en algun moment o en algun punt ens trobem
Serà meravellós
Si no, no es pot remeiar.
Manco d’amor a mi mateix
Quan, en l’intent de complaure’t, em traeixo.
Manco d’amor a Tu
Quan intento que siguis com jo vull
En comptes d’acceptar-te com realment ets.
Tu ets Tu i Jo sóc Jo.»

Fritz Perls

(Amb agraïment  a F. Perls, al Quim, a l’Àgata i a tots els que m’han ajudat a transitar aquestes paraules)

Yo soy Yo
Tú eres Tú.
Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas
Tú no estás en este mundo para cumplir las mías.
Tú eres Tú
Yo soy Yo.

Si en algún momento o en algún punto nos encontramos
Será maravilloso
Si no, no puede remediarse.
Falto de amor a Mí mismo
Cuando en el intento de complacerte me traiciono.
Falto de amor a Ti
Cuando intento que seas como yo quiero
En vez de aceptarte como realmente eres.
Tú eres Tú y Yo soy Yo.

(Con agradecimiento a F. Perls, a Quim, a Àgata y todos los que me han ayudado a transitar estas palabras)