Cap a dins, escalfant-nos en l’escalfor de la llar… la llar interior que desitgem amb l’escalforeta del foc, olor de brou o pa de pessic, i les carícies, somriures, jocs o cançons de mare, pare. Però no, de vegades, en entrar dins, sentim el fred de l’amor que ens va faltar, de la solitud del nostre nen o nena incompresos, el desconcert i l’enuig  de la nostra fràgil i generosa confiança traïda, el fred d’allò que no vam tenir, d’allò que no va poder ser, d’allò que ens va faltar. Llavors, suaument, abrigar-se amb una bona manta, anar a per llenya i reviscolar de nou un foc, el foc que mai no s’apaga: el simple agraïment d’estar viu i de ser qui sóc, més enllà de mi mateixa.

Hacia dentro, calentándonos en el calor del hogar… el hogar interior que deseamos con calorcito de lumbre, olor de caldo o de bizcocho recién hecho, y las caricias, sonrisas, juegos o canciones de mamá, papá. Pero no, a veces, al entrar dentro, sentimos el frío del amor que nos faltó, de la soledad de nuestro niño o niña incomprendidos, el desconcierto y el enfado de nuestra frágil y generosa confianza traicionada; el frío de lo que no tuvimos, de lo que no pudo ser, de lo que nos  faltó. Entonces, suavemente, abrigarse con una manta suave, ir a por leña y avivar de nuevo un fuego, el fuego que nunca se apaga: el simple agradecimiento de estar vivo y ser quien soy, más allá de mi mismo.

Quan podem deixar anar allò que més volem, desaferrar-nos d’aquells a qui més estimem, deixar anar fins i tot aquesta nostra existència, de sobte podem tornar a viure. Viure la vida com el regal que és, gaudir-ne amb més plenitud, sostenir-nos també en la malaltia i el dolor i viure amb menys por, sabent que ja hem mort.

Cuando podemos soltar lo que más queremos, desapegarnos de aquellos a quienes más amamos, soltar incluso esta nuestra existencia, de pronto podemos volver a vivir. Vivir la vida como el regalo que es, gozarla con más plenitud, sostenernos también en la enfermedad y el dolor y vivir con menos miedo,  sabiendo que ya hemos muerto.

Diu Claudio Naranjo que «les persones són difícils de guiar  quan creuen que saben les respostes. 
 Quan saben que no saben, 
 troben el seu propi camí». Creure en això és confiar, confiar en mi, en l’altre, confiar que hi ha camí, i es fa camí, cadascú el seu, al seu ritme. Això aprenc dia a dia a la feina com a psicoterapeuta, i cada dia es desperta en mi amb un nou desafiament: confiar sense «saber», conèixer-me i conèixer des de la presència plena de l’ésser.

Dice Claudio Naranjo que «las personas son difíciles de guiar 
cuando creen que saben las respuestas.
 Cuando saben que no saben,
 encuentran su propio camino». Creer en esto es confiar, confiar en mi, en el otro, en que hay camino, y se hace camino, cada uno el suyo, a su ritmo. Esto aprendo día a día en mi trabajo como psicoterapeuta, y cada día despierta con un nuevo desafío: confiar sin «saber», conocerme y conocer desde la presencia plena del ser. 

Dubtar, abandonar les certeses i mirar amb ulls acabats de rentar, bategar amb el cor confiat com si ningú ens hagués ferit mai, escoltar amb orelles que senten sons que ens fan vibrar … i, alhora, per incòmode i paradoxal que sembli, poder veure les imatges que no podem evitar, sentir el soroll del qual no sempre ens podem aïllar, sentir també les ferides que couen al curar. Sembla difícil, però en els moments que s’aconsegueix, es com si tota la vida haguéssim viscut serenament en aquesta intensa existència contradictòria.Dudar, abandonar las certezas y mirar con ojos recién lavados, escuchar con oidos que oyen sonidos que nos hacen vibrar, sentir latir el corazón como si nadie nos hubiese herido nunca… y, a la vez, por incómodo y paradójico que parezca,   poder ver las imagenes que no podemos evitar, sentir las heridas que escuecen al curar, y oir el ruido del que no siempre nos podemos aislar. Parece difícil, pero en los momentos que se consigue, es como si toda la vida hubiésemos vivido serenamente en esa intensa existencia contradictoria.

Reunir-se, trobar-se i retrobar-se, obrir-se a sentir en allò profund, obrir-se a descobrir sense jutjar, confiar en les altres persones, simplement perquè són aquí, també obrint-se i confiant, i perquè són de la mateixa pasta de la qual jo també vaig ser creada. .. i llavors l’energia puja o baixa, entra i surt, dansa molts danses … i tots con-fluïm amb la Vida, que es mostra, generosa i clara, davant els nostres ulls oberts i sorpresos, els del rostre i els de l’ànima. (Gràcies a tots les que vam compartir una tarda de constel·lacions intensa i alhora plena de pau)

Reunirse, encontrarse y reencontrarse, abrirse a sentir en lo profundo, abrirse a descubrir sin juzgar, confiar en las otras personas, simplemente porque estan ahí, también abriéndose y confiando, y porque son de la misma pasta de la que yo también fui creada… y entonces la energia sube o baja, entra y sale, danza muchos bailes… y todos con-fluimos con la Vida, que se muestra, generosa y clara, ante nuestros ojos abiertos y sorprendidos, los del rostro y los del alma. (Gracias a todas las que compartimos una tarde de constelaciones intensa y a la vez llena de paz) 

Reprendre el ritme de la rutina, mandrosament … la rutina de la vida quotidiana, que ens agrada pensar que controlem, coneixem i preveiem. En la rutina ens estalviem esforços, i de vegades, si no vigilem, se’ns ofega la creativitat, la capacitat de sorpresa, la mirada espurnejant. Potser aquest mes, abans que arribi la tardor, sigui un bon moment per conservar en algun lloc dels nostres anhels, la intenció de fer de la nostra quotidianitat, un espai viu i canviant, i conservar, ni que sigui una mica, l’esperit  de les vacances d’estiu i la llum del sol a la pell.

Retomar el ritmo de la rutina, perezosamente… la rutina de nuestra vida cotidiana, que nos gusta pensar que controlamos, conocemos y preveemos. En la rutina nos ahorramos esfuerzos, y a veces, si no vigilamos, se nos ahoga la creatividad, la capacidad de sorpresa, la mirada chispeante. Quizá este mes, antes de que llegue el otoño, sea un buen momento para conservar en algun lugar de nuestros anhelos, la intención de hacer de nuestra cotidianidad, un espacio vivo y cambiante, y conservar, ni que sea un poco, el espíritu vacacional de verano y la luz del sol en la mirada.

No hacer nada. Detenerse y «no hacer nada». Falsamente lo asimilamos a la pereza. Y en cambio, a veces, es sólo cuando estamos «sin hacer nada» que podemos dejar suficiente espacio para escuchar y para sentir. Sentir el cansancio de una cotidianidad estresada, escuchar la necesidad de reposo de un cuerpo que llevamos contra reloj y contra natura … y contemplar. Contemplar que formamos parte de un mundo más grande que nuestro pequeño mundo diario, embelesarnos como un niño con las libélulas o con las olas… y dejar que poco a poco, sin hacer nada, seamos y compartamos sencillamente lo que somos.

Pasos valientes, pasos temblorosos, pasos decididos, descalzos o vestidos. En el caminar de cada uno, acompañar desde el respeto profundo hacia la persona con su ritmo -a momentos sosteniendo, a momentos tensando, a momentos retirándose- es el arte de cualquier forma de terapia.

«cada instant és únic», i la vida, intensa, es fa més lleugera viscuda d’instant en instant. I alhora, aquest instant, efímer, es queda per sempre perquè ha existit en nosaltres. És que la vida és una contínua incessant i deconcertant paradoxa

En el río de la vida, hay momentos en que las emociones o los acontecimientos parecen sucederse rápidamente, sin que nos dé tiempo a demasiadas maniobras. Son los rápidos. A menudo encima de una frágil canoa, sin quilla ni timón, nos vemos abocados a navegar, atemorizados, con la adrenalina al máximo, salpicándonos, medio embarrancando o quizás volcando… son así, los rápidos. Y así, sin poder hacer mucho más que seguir, seguir flotando, llega un momento que se acaban… y llegan los meandros.