Anna Ferre Giménez

Un ratito de permiso para sentirme, en mi cuerpo, en mis emociones. Oir y escuchar, dejarme llevar desde una palabra, un sonido, una voz a un lugar dentro de mi, mi casa antigua como el tiempo que fue, es y será. Vibrar y permitir que las ondas que me llegan armonicen mi propia vibración en cada lugar de mi cuerpo. Y darme también un pequeño momento para convocarme a mi mismo, a mi misma, a estar un ratito en mi paz, la paz compartida. (Os invitamos en Cardedeu cada primer partes de mes a las 19.30. «Presencia, sentidos y movimiento» Gratuïto.)

Cuando podemos soltar lo que más queremos, desapegarnos de aquellos a quienes más amamos, soltar incluso esta nuestra existencia, de pronto podemos volver a vivir. Vivir la vida como el regalo que es, gozarla con más plenitud, sostenernos también en la enfermedad y el dolor y vivir con menos miedo,  sabiendo que ya hemos muerto.

Dice Claudio Naranjo que «las personas son difíciles de guiar 
cuando creen que saben las respuestas.
 Cuando saben que no saben,
 encuentran su propio camino». Creer en esto es confiar, confiar en mi, en el otro, en que hay camino, y se hace camino, cada uno el suyo, a su ritmo. Esto aprendo día a día en mi trabajo como psicoterapeuta, y cada día despierta con un nuevo desafío: confiar sin «saber», conocerme y conocer desde la presencia plena del ser.

Dudar, abandonar las certezas y mirar con ojos recién lavados, escuchar con oidos que oyen sonidos que nos hacen vibrar, sentir latir el corazón como si nadie nos hubiese herido nunca… y, a la vez, por incómodo y paradójico que parezca,   poder ver las imagenes que no podemos evitar, sentir las heridas que escuecen al curar, y oir el ruido del que no siempre nos podemos aislar. Parece difícil, pero en los momentos que se consigue, es como si toda la vida hubiésemos vivido serenamente en esa intensa existencia contradictoria.

Dedicado, a mi pareja, a mi padre, a mi madre, a mis hijas, mis amigos, a las personas con las que me encuentro… y a las parejas que en este momento van a crecer (juntas o separadas) navegando con amor entre las olas del conflicto. Y sobretodo, una vez más, me lo dedico a mi misma

Yo soy Yo
Tú eres Tú.
Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas
Tú no estás en este mundo para cumplir las mías.
Tú eres Tú
Yo soy Yo.

Si en algún momento o en algún punto nos encontramos
Será maravilloso
Si no, no puede remediarse.
Falto de amor a Mí mismo
Cuando en el intento de complacerte me traiciono.
Falto de amor a Ti
Cuando intento que seas como yo quiero
En vez de aceptarte como realmente eres.
Tú eres Tú y Yo soy Yo.

(Con agradecimiento a F. Perls, a Quim, a Àgata y todos los que me han ayudado a transitar estas palabras)