Poco a poco, en la recta final del verano, con pereza, volvemos a la rutina. Hay quien lo desea. Repetir un día tras otro unos mismos horarios, unas mismas actividades, unos mismos movimientos, unas mismas relaciones, unas mismas dinámicas… incluso cuando esa rutina no es nuestro ideal, el confort de lo conocido nos hace sentir seguros, a veces cómodos incluso en situaciones que no nos gustan.

Y así somos, ahorrativos de nuestras energías emocionales. Sin embargo, muchas de nuestras actitudes automáticas y conocidas con las que enfrentamos el mundo, son como unas compuertas automáticas ante el río emocional de la vida. Nos es difícil reconocer el momento en que mantener esas compuertas nos agota. Es entonces cuando la rutina se convierte en una pesada cadena unida a nosotros  por un candado. Y con el candado tenemos, a menudo sin saberlo, la llave que lo abre.

Los niños y niñas terminan otro curso. La anticipación de las vacaciones hace que este final sea más deseado que temido. ¿Cuántas veces tememos el final de algo? Nos aferramos tanto a situaciones o personas que agotamos nuestra energía impidiendo que el ciclo de la vida siga su curso: nacer, crecer, morir. .. y de nuevo renacer. ¿A quien no le apetece un descanso? Suelta, relájate, sigue el curso de la vida… lo nuevo llegará. Sólo tienes que hacerle un huequecito. Espera, confía, la vida va y viene, y no se detiene.

Deshumanizarse es perder nuestra esencia como especie, desarraigar-nos de la tierra en la que nacemos y crecemos. Olvidar quiénes somos, dejar de sentir nuestro aliento, nuestro latido, dejar de escuchar también la respiración y el corazón de todo lo que nos rodea. Y así, estúpidamente, convertirse autómatas en un mundo-real en su irrealidad-que nos aliena.

Tengo miedo de mi miedo,  de mi rabia, de mi dolor. Aprendí a ignorarlos, los encadené en la más oscura de las oscuridades, y tras capas y capas y capas, puse un papel de colores, y algún lazo. Y ahora, cuando a veces se rompe alguna cadena (ya se sabe), si se desluce el papel o se cae el lazo, todo mi ser vibra de miedo, rabia o dolor… y me permito, en serena rendición, que esas emociones que me pertenecen (sí, también esas) atraviesen mi ser, ese ser que anhela ser completo.

Cada tarde de constelaciones es un espacio singular, lleno de silencio, de sonidos, de energía, de información, de suavidad… mucha vida, pura vida. Nos hace conectar a todos con el agradecimiento, a los presentes que lo hicimos posible… y a los nuestros, que nos precedieron… con todo.

Y desde aquí y ahora, volver a decir sí, sí a la Vida, tal cual es. Tantas veces como sea necesario

 

Algo se ha movido, ha sucedido algo que toca una emoción profunda (o escondida) en mi y no sé qué es. Quiero escuchar y no oigo, quiero ver y no veo, quiero entender y no entiendo. Sólo mi cuerpo se pone en una alerta sutil, y siento que quiere pararse, quedarse quieto, no moverse para dejar que lo que está sucediendo  pueda encontrar su lugar, sedimentarse sí las aguas permanecen quietas. Es una quietud activa, humilde, respetuosa y confiada… quizá el poso sea nutritivo y pueda dar algún fruto, en algún momento, en algún lugar… en mi ser con el todo.

Cambiar en lo profundo  es tener la certeza que lo viejo no me sirve, que es algo del pasado que queda atrás en el camino.

Cambiar en lo profundo es sentir la incertidumbre de que lo nuevo aún no ha llegado del todo, que no lo entiendo, que no lo puedo agarrar.

Porque hay cambios que hay que hacerlos pese a las terribles voces conocidas, atravesando el miedo inevitable… y, con suerte, dejándonos mecer por las aguas de la vida que trascurren en algun lugar muy adentro de nuestro ser.

 

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El que és estrany és viure. La confusió, els problemes, les pors, els aclaparaments, la còmoda i tranquil·la quotidianitat… i un dia, es produeix un moment de lucidesa (o de bogeria, impossible distingir-ho):  tot el viscut, totes les relacions, totes aquestes dificultats, tot, tot, tot sembla ser diferent. Allò real sembla un conte, allò nou -vist des de fora, des de fora del temps i de l’espai-sembla real. I s’obre una VIDA diferent, una vida composta de moltes vides, del bo i el dolent tot junt en una dansa estrepitosament, incomprensiblement, senzillament harmoniosa. I després, a seguir remant en aquesta, en aquella estranya vida.Lo estraño es vivir. La confusión, los problemas, los miedos, los agobios, la cómoda y apacible cotidianeidad… y un día, se produce un momento de lucidez (o de locura, imposible distinguir):  todo lo vivido, todas las relaciones, todas esas dificultades, todo, todo, parece distinto. Lo real parece un cuento, lo nuevo -visto desde fuera, desde fuera del tiempo y del espacio- parece real. Y se abre una VIDA distinta, una vida compuesta de muchas vidas, de lo bueno y lo malo, todo junto en una danza estrepitósamente, incomprensiblemente, sencillamente armoniosa.Y luego, a seguir remando en esta, en esa, en aquella estraña vida.Life is definetely strange. Confusion, problems, fears, burdens … and one day, a moment of clarity (or insanity, impossible to distinguish) occurs: all experienced, all relationships, all these difficulties, everything, everything seems different. What is real looks like a story, what is new -seen from outside,  outside time and space- seems real. And a different life, a life composed of many lives, with good and bad all together, melt in a dance, a boisterous, incomprehensible and simple harmonious dance. And then, keep paddling in this, in that, strange life.Ce qui est étrange, est de vivre. La confusion, les problèmes, les peurs, les charges, la vie quotidienne confortable et paisible … et un jour, un moment de clarté (ou de folie, indiscernables) se produit: tout ce qui est connu, toutes les relations, toutes ces difficultés, tout, absoluement tout semble différent. Ce qui est réel, semble une histoire, ce qui est nouveau -vu de l’extérieur, hors du temps et de l’espace, semble réel. Et une autre vie, une vie composée de nombreuses vies, du bon et du mauvais, tout ensemble dans une danse, une dance précipitéement, incompréhensiblement, simplement harmonieuse. Et puis, continuer à pagayer dans cette vie étrange, celle-ci, celle-là.

La sangre de los nuestros, nuestra sangre, fluye por generaciones, empujando; a veces fertilizando, otras arrasando… no hay diques que retengan la vida que nos llega a través de nuestros ancestros. Si el dolor me hace cerrar los ojos, sólo parecerá que se detenga, pero la sangre empuja en lo profundo, me une y me vincula con todos ellos, los que ya se fueron. Sólo puedo mirar, asentir a lo que fue, reconocer en ellos su dolor y su fuerza, darles su lugar de dignidad, con todo. Y yo, pequeña en mi ahora, simplemente formar parte de ese clan, humildemente, inclinándome ante los que ya vivieron sus vidas, aceptando la mía -quizá más facil, quizá más difícil- y liberando así un poco más, a los que han llegado, a través mío, después de mí.

Del cel a la terra, de la terra al cel. Allò diví en allò humà. L’Amor es concreta en un nadó fràgil, dependent, pobre. Tot el que és humà és estimat, tot el que és humà, també les nostres limitacions, la nostra solitud, la nostra incapacitat o la nostra por. «Jo sóc Déu», tinc dret a existir, és més la meva existència és un regal … també en la debilitat. Abans que res, sóc estimat-estimada amb infinita tendresa i en sentir això en mi,  se m’expandeix el cor, s’encomana. Sonen cascavells. Bon dia, món. 😉Del cielo a la tierra, de la tierra al cielo. Lo divino en lo humano. El Amor se concreta en un bebé frágil, dependiente, pobre. Todo lo humano es amado, todo lo humano, también nuestras limitaciones, nuestra soledad, nuestra incapacidad o nuestro miedo. «Yo soy Dios», tengo derecho a existir, es más, mi existencia es un regalo… también en la debilidad. Ante todo, soy amado-amada con infinita ternura y al sentirlo en mi, se me expande el corazón, se contagia. Suenan cascabeles. Buenos días, mundo. 😉