Blog

oct 172016

Ceremonia para honrar a los difuntos

Una vez al año, en pleno otoño, tiempo de recogimiento, muchos hombres y mujeres se reunen para recordar, agradecer y honrar todo lo recibido de quienes nos precedieron, con su legado tal como fue.

Desde la Sala Hestia proponemos un encuentro para mirar hacia los muertos con respeto y así tomar conciencia de lo que supone estar vivos. Contactar con la alegría de haber disfrutado de personas que han dejado huella en nuestro camino y que hoy ya no están,  y a la vez dar también un espacio para llorar a nuestros difuntos, poder sentir y expresar el dolor de la pérdida en nosotros y en nuestro sistema.

Pero sobretodo, en esta ceremonia nos juntamos para agradecer y soltar, como el arbol suelta las hojas en otoño, y poner luz y fuerza en nuestro presente. Construir nuestro propio destino honrando todo lo recibido, todo lo aprendido, y caminar bien apoyados hacia nuestra propia vida.

Lunes 31 de octubre a las 19.30h. La actividad es gratuita. Es necesario confirmar asistencia para la preparación de la ceremonia.

sep 052016

La vorágine

Cuando iniciamos un curso y debemos retomar la rutina, a veces nos sentimos como navegando en un salvavidas mientras alrededor nuestro soplan varios vientos arremolinados y contradictorios. Para superar el miedo a ese caos, a ser engullidos por la vorágine, a mi sólo se me ocurre respirar, sentir nuestro cuerpo lo más posible, con los pies en el suelo, y cuidarnos, mimarnos, descansar. Hacer las cosas una detrás de otra, y recordarnos a nosotros mismos algo indiscutible y obvio: después de la tormenta viene la calma. Palabra de psicóloga desbordada.

abr 082016

deportaciones, no en mi nombre

Lo que sucede con los refugiados no es una crisis humanitaria, es una crisis de humanidad. Y eso es grave. No sólo es grave por la muerte que supone, por el miedo y la desesperación de padres que huyen de las bombas para salvar a sus hijos, sabiendo que arriesgan la vida de todos en el mar. Es grave, no sólo porque los gobiernos de Europa cierran sus fronteras y “contratan” a Turquía para hacer el trabajo sucio. Es grave, no solo porque se llenan la boca de eufemismos maquillando una realidad de dolor humano y tramando una estrategia de saturación en los medios de comunicación para que nos “acostumbremos”
Es grave porque nos acostumbramos. Es grave porque ante nuestras narices de ciudadanos europeos más o menos a salvo, el dolor de madres, abuelos, padres y niños nos parece ajeno.
Hay mucho dolor e injusticia en el mundo, cierto. Pero ignorar el dolor de personas hambrientas, explotadas y abusadas que nos quedan lejos (en otros continentes) es humanamente más comprensible, porque no podemos cargar el sufrimiento de toda la humanidad a nuestras espaldas, somos demasiado pequeños, demasiado insignificantes. Podemos colaborar con organizaciones que trabajan sobre el terreno, apoyar causas, pero emocionalmente no podemos estar permanentemente en contacto con tanto dolor. Por suerte para nosotros (porque hemos nacido aquí en lugar de allí), no lo vemos delante cada día.
Sin embargo, ignorar y no dar auxilio a quien se ahoga delante de nuestras playas, no consolar al bebé que llora porque no encuentra a mamá, o a mamá que llora agotada de miedo por sus hijos, no mirar a los hojos al padre que no sabe cómo proteger a su familia, cerrar la puerta a los que han perdido a un hermano, amiga o hijo bajo las bombas de su propio país, sabiendo que al otro lado hay un infierno, eso es extremadamente grave. Significa haber perdido nuestra humanidad, nuestra capacidad de empatizar, significa que el corazón de carne con el que nacemos se ha convertido un corazón de piedra. Desentendernos de nuestro ser, de nuestra historia, olvidar que también nosotros tenemos la vida gracias a que sobrevivieron nuestros ancestros a guerras y dificultades con su lucha y con la ayuda de otros. Si nos negamos la humanidad, no nos quedará nada.
De nosotros depende vivir o morir, ayudar a vivir o ayudar a morir. Y tenemos que gritar a nuestros representantes, por nuestra dignidad y la de nuestros hermanos refugiados, que no en nuestro nombre. “DEPORTACIONES, NO EN MI NOMBRE”.

abr 012016

llueve, sobre todos

llueve sobre buenos y malos,
llueve sobre campos sedientos -agradecidos.
llueve sobre campos de refugiados -frío en cuerpo y alma
llueve sobre nuestras consciencias -despiertan?
llueve, también como una suave bendición.

mar 172016

escuchar en la espera

A veces el movimiento es mínimo. Hay un tiempo, a veces corto, a veces largo, de espera en quietud. Recogerse en sí mismo para escucharse, escuchar. Parece que nada sucede pero siempre sucede todo. Todo vive alrededor. Es momento para escuchar, escucharse, sin perderse. Y de pronto el movimiento surge, sin pensamiento, intuición pura, sin sobresaltos, sin sobreactuación, sin desespero. Así, sencillamente. (con agradecimiento a Andres Waksman y al movimiento auténtico)

ene 132016

e-moción

Emoción proviene del latín emotio del verbo emovere, mover. Cuando nos emocionamos nos movemos, pero nos movemos literalmente, nuestro cuerpo se mueve: músculos, tejidos, fluidos, neurotransmisores, hormonas… se mueven. De hecho, mientras vivimos, incluso en la más absoluta quietud, el cuerpo está en movimiento. Reconocer nuestras emociones es sentir como cada situación nos mueve internamente. Y el movimiento espontáneo del organismo ante el entorno es pura adaptación, como un animal ante su presa… o ante su depredador. A medida que desconectamos nuestro organismo de la naturaleza perdemos parte de nuestra información, la que el cuerpo conoce intuitivamente. Tiene algunas ventajas para la vida social, pero eso también tiene un coste para nuestro bienestar y nuestra salud. Si queremos conocernos, sentirnos más completos, debemos empezar escuchando y comprendiendo los movimientos y mensajes de nuestro cuerpo que nos llegan también en forma de e-mociones.

dic 212015

Navidad

La alegría convive con la tristeza, el amor con el dolor. Así, como nace una Vida de las entrañas de una mujer, llanto y gozo en un mismo instante. Así vive, late, cruje, fluye, se expande y se contrae nuestra tierra, nuestro mundo, nuestro universo, nuestra conciencia. Así se abre, con luz y sombra, nuestra existencia. Y podemos escoger ser también luz. Feliz Navidad.

nov 212015

hogar efímero

En una sesión de constelaciones se abre un espacio grupal de confianza, de comunicación profunda entre persones que normalmente no se conocen. Por unas horas se crea una especie de hogar común, efímero y sin embargo seguro, en el que cada uno se siente comprendido, donde se afloja o desaparece el juicio con el que normalmente nos protejemos de nuestros miedos más innombrables. En este hogar que creamos entre todos por unas horas puede fluir el amor,  podemos atrevernos a ser vulnerables, a expresar el dolor, la rabia, el orgullo o la tristeza, esas emociones que retenemos en nuestros sufridos cuerpos, por el miedo inconsciente a ser inundados, superados, desbordados y de perder el control de la vida, o de lo que creemos que debe ser nuestra vida. Este hogar es sagrado. y yo, con admiración y asombro, me postro agradecida por el don de sentir la esencia de la vida, en mi, en vosotros, en todos.

nov 042015

«corporizarse»

Hubo un momento del tiempo infinito que decidiste corporizarte, encarnarte, dotarte de cuerpo. Tu luz y energía se convertieron en materia sólida-líquida, en constante movimiento, micromovimiento incesante. Con ese cuerpo tu existencia se transformó y aprendiste a relacionarte con otros seres, la mayoría hechos de materia, como tu. No te olvides, también eres cuerpo. Tu cuerpo es esta materia tan especial, ese medio que te ayuda a comprenderte a ti mismo, que todo lo sabe, todo lo registra y en algun lugar todo lo recuerda. «Corporízate», permite que emerja la sabiduría del cuerpo que un día decidiste habitar. Siénte el cuerpo, toca el cuerpo, escucha el cuerpo, deja que el cuerpo exprese quien eres.

Ven a la tarde de expresión corporal y contacto el 27 de noviembre con Dani Pedrero. Más info aquí y también en el pdf informativo

 

oct 292015

homenaje particular a tus muertos

Alrededor del dia de los difuntos, puedes dedicar un ratito de oración-meditación-silencio en memoria de tus difuntos.

Busca un lugar tranquilo, en el que no te vayan a molestar ruidos ni distracciones. Unos 30 minutos mínimo, que te dé tiempo de entrar en connexión. Si estás en duelo por alguna pérdida reciente, es mejor que estés acompañado, te ayudará la compañía de alguien de confianza.

-Es un acto de homenage, prepárate. Puedes preparar un rincón tipo altar (o usar tu altar habitual). Puede ser tan sencillo como un trapito, una/s vela/s y una planta o flor, o una foto de tus seres queridos que no estan. También te puedes preparar tu, perfumándote, poniéndote algo bonito, o significativo. O quemando incienso. O dejando que unos minutos suene alguna música suave (religiosa o no), que te acoja y te inspire.

Abre tu ceremonia con unas palabras, con un gesto (namasté, signo de la cruz, inclinación respetuosa…) con una canción, con una oración, unos Oms o con unos toques de cuenco tibetano, pandero o cualquier instrumento de percusión. Enciende una o unas velas por tus muertos. Lo ideal es que dejes que las velas se consuman (pero siempre que puedas estar en casa para evitar riesgos). Si no, apagalas y ya las volveras a encender hasta que se consuman, en diferentes momentos, pero siempre que estén encendidas dedicando la intención a tus difuntos.

Agradece la vida. Recuerda, a lo largo de este rato, que naciste gracias a los que te precedieron. La vida nos viene de padres, abuelos y bisabuelos… y tantas generaciones de ancestros. La vida y la muerte son las dos caras de una misma moneda. Siente como la vida, con sus dificultades, a llegado hasta ti

Nombra o escribe los nombres de quienes se fueron y que hoy quieres recordar. En este homenaje, es como si les visitaras o saludaras. Deja que surjan las emociones reales que te produzca evocarlos.

Permítete el dolor y la tristeza de sentir a aquellos seres queridos que perdiste. Date un momento para llorar (con cualquier tipo de lágrimas), para sentir la pena. Sobretodo si has tenido pérdidas recientes o pérdidas que en su momento no pudiste llorar, no bloquees el dolor. Soltar a alguien querido duele, pero retener ese dolor (o rabia) impide que tu vida siga adelante. Acompáñate a ti mismo/a sin abandonarte en desespero, sino «meciéndote», haciéndote compañía, tratándote amorosamente. Puedes tocar tierra (de una maceta, por ejemplo). La madre tierra que todo lo acoge y transmuta.

Suelta antiguos resentimientos, si los hay. Puedes tocar agua para simbolizar «limpiar». Si ves que estas enganchad@, confia que tu parte que quiere limpiar y sentirse libre, pueda en este momento tomar la iniciativa, y que algo más grande que tu mism@ puede ayudarte y traerte paz de corazón.

Da gracias a cada una de las personas difuntas que recuerdas ahora, por algunas grandes y pequeñas cosas que ellos te dieron y hicieron tu vida más bonita, más feliz, más completa y más rica. Puedes poner en el altar algun obsequio (recomiendo que sea natural y biodegradable: flores, licor, comida -como en tradiciones americanas- algo bonito…), son tus regalos de agradecimiento. También puedes poner música agradable.

-Si tienes alguna creencia espiritual, encomiéndate a la divinidad y sus protectores, a la energía universal, encomienda a ellos el cuidado de tus muertos, y a los que ya se fueron que ayuden a tus queridos que tuvieron quizá una vida difícil, a sentirse en paz al fin. Evoca la unidad divina, la esencia protectora y vital como fuerza, protección, guía y serenidad.

-De nuevo agradece tu vida, tu vida actual. Piensa en lo que te gusta de tu vida y date el gusto de sentir gratitud. Pide a los que ya pasaron por esta tierra, que te ayuden con fuerza e inspiración, para que tu vida esté llena de sentido y dé fruto, hasta que llegue el momento de reunirte con los tuyos.

cierra tu ceremonia, de nuevo, con unas palabras, con un gesto, canción, oración o unos toques de percusión. Si vas a tener que salir o desmontar el altar, apaga la vela/s. Si te es posible, deja la/s velas encendidas hasta que se consuman después de tu homenaje.

Deshaz el altar (si tienes que deshacerlo) con respeto. Puedes llevar las flores y otros obsequios a la naturaleza, enterrarlo o dejarlo en un jardín o bosque (por eso es necesario que sean biodegradables). La tierra acoge la vida y la muerte, en un ciclo infinito, natural.

Con tus difuntos, siente, suelta, agradece… así les dedicas y te dedicas una Vida plena y feliz.

1 4 5 6 7 8 16